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¡Por la noche cuando extiende su velo!
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¡Por el día cuando resplandece!
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¡Por Quien ha creado al varón y a la hembra!
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Vuestro esfuerzo, en verdad, da resultados diversos.
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A quien da, teme a Dios,
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y cree en lo más bello,
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le facilitaremos el acceso a la mayor felicidad.
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En cambio, a quien es avaro, cree bastarse a sí mismo
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y desmiente lo más bello,
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le facilitaremos el acceso a la mayor adversidad,
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y de nada le servirá su hacienda cuando sea precipitado.
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Sí, es de incumbencia Nuestra la Dirección.
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Sí, es cosa Nuestra la otra vida y ésta.
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Os he prevenido contra un fuego llameante,
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en el cual sólo arderá el infame,
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que desmiente y se desvía,
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el cual evitará quien de veras teme a Dios,
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que da su hacienda para purificarse,
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que, cuando hace un favor, no lo hace con ánimo de ser retribuido,
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sino tan sólo por deseo de agradar a su altísimo Señor.
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¡Sí, ése quedará satisfecho!