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¡Por los que arrancan violentamente!
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¡Por los que van rápidamente!
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¡Por los que nadan libremente!
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¡Por los que van a la cabeza!
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¡Por los que llevan un asunto!
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El día que ocurra el temblor,
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sucedido por el siguiente,
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ese día, los corazones se estremecerán,
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se humillarán las miradas.
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Dicen: «¿Es verdad que seremos restituidos a nuestra primera condición,
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luego de convertirnos en pútridos huesos?»
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Dicen: «¡Sería un retorno pernicioso!»
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No habrá más que un solo Grito
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y ¡helos despiertos!
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¿Te has enterado de la historia de Moisés?
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Cuando su Señor le llamó en el valle sagrado de Tuwa:
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«Ve a Faraón. Se ha excedido.
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Y di: ´¿Estás dispuesto a purificarte
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y a que te dirija a tu Señor y, así, tengas miedo?»
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Le mostró el signo tan grande.
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Pero él desmintió y desobedeció.
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Luego, volvió la espalda bruscamente.
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Y convocó y dirigió una proclama.
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Dijo: «Soy yo vuestro altísimo Señor».
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Alá le infligió el castigo de la otra vida y de ésta.
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Hay en ello, sí, motivo de reflexión para quien tenga miedo de Alá.
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¿Sois vosotros más difíciles de crear que el cielo que él ha edificado?
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Alzó su bóveda y le dio forma armoniosa.
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Obscureció la noche y sacó la mañana.
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Extendió, luego, la tierra,
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sacó de ella el agua y los pastos,
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fijó las montañas.
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Para disfrute vuestro y de vuestros rebaños.
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Pero, cuando venga la tan grande Calamidad,
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el día que recuerde el hombre sus esfuerzos
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y se haga aparecer el fuego de la gehena a quien pueda ver,
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quien se haya mostrado rebelde
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y preferido la vida de acá
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tendrá por morada el fuego de la gehena,
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mientras que quien haya temidoí comparecer ante su Señor y preservado su alma de la pasión
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tendrá el Jardín por morada.
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Te preguntan por la Hora: «¿Cuándo sucederá?»
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¡No te ocupes tú de eso!
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A tu Señor Le toca fijarla.
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¡Tú sólo tienes que advertir a quien tiene miedo de ella!
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El día que la vivan, les parecerá no haber permanecido más de una tarde o de una mañana.