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Éstas son las aleyas de la Escritura sabia,
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como dirección y misericordia para quienes hacen el bien.
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que hacen la azalá, dan el azaque y están convencidos de la otra vida.
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Esos tales están dirigidos por su Señor, ésos son los que prosperarán.
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Hay entre los hombres quien compra historietas divertidas para, sin conocimiento, extraviar a otros del camino de Alá y para tomarlo a burla. Quienes tal hagan tendrán un castigo humillante.
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Cuando se le recitan Nuestras aleyas, se aleja altivamente, como si no las hubiera oído, como si hubiera estado sordo. ¡Anúnciale un castigo doloroso!
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Quienes, en cambio, hayan creído y obrado bien tendrán los jardines de la Delicia.
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en los que estarán eternamente. ¡Promesa de Alá verdad! Él es el Poderoso, el Sabio.
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Ha creado los cielos sin pilares visibles. Ha fijado en la tierra las montañas para que ella y vosotros no vaciléis. Ha diseminado por ella toda clase de bestias. Hemos hecho bajar agua del cielo y crecer en ella toda especie generosa.
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Ésta es la creación de Alá. ¡Mostradme, pues, qué han creado los otros dioses que hay fuera de Él! Sí, los impíos están evidentemente extraviados.
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Dimos a Luqmán la sabiduría: «¡Sé agradecido con Alá! Quien es agradecido lo es, en realidad, en provecho propio. Quien es desagradecido... Alá Se basta a Sí mismo, es digno de alabanza».
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Y cuando Luqmán amonestó a su hijo, diciéndole: «¡Hijito! ¡No asocies a Alá otros dioses, que la asociación es una impiedad enorme!».
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Hemos ordenado al hombre con respecto a sus padres -su madre le llevó sufriendo pena tras pena y le destetó a los dos años-: «Sé agradecido conmigo y con tus padres. ¡Soy Yo el fin de todo!
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Pero, si te insisten en que Me asocies aquello de que no tienes conocimiento, ¡no les obedezcas! En la vida de acá ¡pórtate amablemente con ellos! ¡Sigue el camino de quien vuelve a Mí arrepentido! Luego, volveréis a Mí y ya os informaré de lo que hacíais».
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«¡Hijito! Aunque se trate de algo del peso de un grano de mostaza y esté escondido en una roca, en los cielos o en la tierra, Alá lo sacará a luz. Alá es sutil, está bien informado.
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¡Hijito! ¡Haz la azalá! ¡Ordena lo que está bien y prohíbe lo que está mal! ¡Ten paciencia ante la adversidad! ¡Eso sí que es dar muestras de resolución!
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¡No pongas mala cara a la gente, ni pises la tierra con insolencia! Alá no ama a nadie que sea presumido, jactancioso.
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¡Sé modesto en tus andares! ¡Habla en voz baja! ¡La voz más desagradable es, ciertamente, la del asno!»
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¿No veis que Alá ha sujetado a vuestro servicio lo que está en los cielos y en la tierra, y os ha colmado de Sus gracias, visibles u ocultas? Pero hay algunos hombres que discuten de Alá sin tener conocimiento, ni dirección, ni Escritura luminosa.
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Y, cuando se les dice: «¡Seguid lo que Alá ha revelado!», dicen: «¡No, sino que seguiremos lo mismo que nuestros padres seguían!» ¿Y si el Demonio les llamara al castigo del fuego de la gehena?
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Quien se somete a Alá y hace el bien se ase del asidero más firme. El fin de todo es Alá.
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Si alguien no cree, ¡que su incredulidad no te entristezca! Volverán a Nosotros y ya les informaremos de lo que hacían. Alá sabe bien lo que encierran los pechos.
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Les dejaremos que gocen por breve tiempo. Luego, les arrastraremos a un duro castigo.
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Si les preguntas: «¿Quién ha creado los cielos y la tierra?», seguro que dicen: «¡Alá!» Di: «¡Alabado sea Alá!» No, la mayoría no saben.
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Es de Alá lo que está en los cielos y en la tierra. Alá es Quien Se basta a Sí mismo, el Digno de Alabanza.
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Si se hicieran cálamos de los árboles de la tierra, y se añadieran al mar, luego de él, otros siete mares más, no se agotarían las palabras de Alá. Alá es poderoso, sabio.
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Crearos y resucitaros cuesta a Alá tanto como si se tratara de una sola persona. Alá todo lo oye, todo lo ve.
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¿No ves que Alá hace que la noche entre en el día y que el día entre en la noche, ha sujetado el sol y la luna, prosiguiendo los dos su curso hasta un término fijo, y que Alá está bien informado de lo que hacéis?
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Esto es así porque Alá es la Verdad, pero lo que ellos invocan en lugar de invocarle a Él es lo falso. Alá es el Altísimo, el Grande.
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¿No ves que las naves navegan por la gracia de Alá, para que Él os muestre algunos de Sus signos? Ciertamente, hay en ello signos para todo aquél que tenga mucha paciencia, mucha gratitud.
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Y, cuando las olas les cubren cual pabellones, invocan a Alá rindiéndole culto sincero. Pero, en cuanto les salva, llevándolos a tierra firme, algunos de ellos vacilan. Nadie niega Nuestros signos sino todo aquél que es pérfido, desagradecido.
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¡Hombres! ¡Temed a vuestro Señor y tened miedo de un día en que el padre no pueda satisfacer por su hijo, ni el hijo por su padre! ¡Lo que Alá promete es verdad! ¡Que la vida de acá no os engañe, y que el Engañador no os engañe acerca de Alá!
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Alá tiene conocimiento de la Hora. Envía abajo la lluvía. Sabe lo que encierran las entrañas de la madre, mientras que nadie sabe lo que el día siguiente le deparará, nadie sabe en qué tierra morirá. Alá es omnisciente, está bien informado.