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khy´s.
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Recuerdo de la misericordia que tu Señor tuvo con Su siervo Zacarías.
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Cuando invocó interiormente a su Señor.
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Dijo: «¡Señor! Se me han debilitado los huesos, mis cabellos han encanecido. Cuando Te he invocado, Señor, nunca me has decepcionado.
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Temo la conducta de mis parientes a mi muerte, pues mi mujer es estéril. Regálame, pues, de Ti un descendiente,
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que me herede a mí y herede de la familia de Jacob, y ¡haz, Señor, que él Te sea agradable!»
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«¡Zacarías! Te anunciamos la buena nueva de un muchacho que se llamará Juan, sin homónimos en el pasado».
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«¡Señor!» dijo «¿Cómo puedo tener un muchacho, siendo mi mujer estéril y yo un viejo decrépito?»
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«Así será», dijo. «Tu Señor dice: ´Es cosa fácil para Mí. Ya te he creado antes cuando no eras nada´».
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Dijo: «¡Señor! ¡Dame un signo!» Dijo: «Tu signo será que, estando sano, no podrás hablar a la gente durante tres días».
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Entonces, salió del Templo hacia su gente y les significó que debían glorificar mañana y tarde.
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«¡Juan! ¡Coge la Escritura con mano firme!» Y le otorgamos el juicio cuando aún era niño,
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así como ternura de Nosotros y pureza. Y fue temeroso de Alá
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y piadoso con sus padres; no fue violento, desobediente.
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¡Paz sobre él el día que nació, el día que muera y el día que sea resucitado a la vida!
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Y recuerda a María en la Escritura, cuando dejó a su familia para retirarse a un lugar de Oriente.
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Y tendió un velo para ocultarse de ellos. Le enviamos Nuestro Espíritu y éste se le presentó como un mortal acabado.
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Dijo ella: «Me refugio de ti en el Compasivo. Si es que temes a Alá...»
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Dijo él: «Yo soy sólo el enviado de tu Señor para regalarte un muchacho puro».
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Dijo ella: «¿Cómo puedo tener un muchacho si no me ha tocado mortal, ni soy una ramera?»
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«Así será», dijo. «Tu Señor dice: ´Es cosa fácil para Mí. Para hacer de él signo para la gente y muestra de Nuestra misericordia´. Es cosa decidida».
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Quedó embarazada con él y se retiró con él a un lugar alejado.
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Entonces los dolores de parto la empujaron hacia el tronco de la palmera. Dijo: «¡Ojalá hubiera muerto antes y se me hubiera olvidado del todo...!»
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Entonces, de sus pies, le llamó: «¡No estés triste! Tu Señor ha puesto a tus pies un arroyuelo.
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¡Sacude hacia ti el tronco de la palmera y ésta hará caer sobre ti dátiles frescos, maduros!
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¡Come, pues, bebe y alégrate! Y, si ves a algún mortal, di: ´He hecho voto de silencio al Compasivo. No voy a hablar, pues, hoy con nadie´»
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Y vino con él a los suyos, llevándolo. Dijeron: «¡María! ¡Has hecho algo inaudito!
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¡Hermana de Aarón! Tu padre no era un hombre malo, ni tu madre una ramera».
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Entonces ella se lo indicó. Dijeron: «¿Cómo vamos a hablar a uno que aún está en la cuna, a un niño?»
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Dijo él: «Soy el siervo de Alá. Él me ha dado la Escritura y ha hecho de mí un profeta.
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Me ha bendecido dondequiera que me encuentre y me ha ordenado la azalá y el azaque mientras viva,
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y que sea piadoso con mi madre. No me ha hecho violento, desgraciado.
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La paz sobre mí el día que nací, el día que muera y el día que sea resucitado a la vida».
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Tal es Jesús hijo de María, para decir la Verdad, de la que ellos dudan.
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Es impropio de Alá adoptar un hijo. ¡Gloria a Él! Cuando decide algo, le dice tan sólo: «¡Sé!» y se.
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Y: «Alá es mi Señor y Señor vuestro. ¡Servidle, pues! Esto es una vía recta».
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Pero los grupos discreparon unos de otros. ¡Ay de los que no hayan creído, porque presenciarán un día terrible!
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¡Qué bien oirán y verán el día que vengan a Nosotros! Pero los impíos están hoy, evidentemente, extraviados.
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¡Prevénles contra el día de la Lamentación, cuando se decida la cosa! Y ellos, entre tanto, están despreocupados y no creen.
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Nosotros heredaremos la tierra y a sus habitantes. Y a Nosotros serán devueltos.
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Y recuerda en la Escritura a Abraham. Fue veraz, profeta.
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Cuando dijo a su padre: «¡Padre! ¿Por qué sirves lo que no oye, ni ve, ni te sirve de nada?
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¡Padre! He recibido una ciencia que tú no has recibido. ¡Sígueme, pues, y yo te dirigiré por una vía llana!
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¡Padre! ¡No sirvas al Demonio! El Demonio se rebeló contra el Compasivo.
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¡Padre! Temo que te alcance un castigo del Compasivo y que te hagas, así, amigo del Demonio».
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Dijo: «Abraham! ¿Sientes aversión a mis dioses? Si no paras, he de lapidarte. ¡Aléjate de mí por algún tiempo!»
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Dijo: «¡Paz sobre ti! Pediré por tu perdón a mi Señor. Ha sido benévolo conmigo.
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Me aparto de vosotros y de lo que invocáis en lugar de invocar a Alá, e invoco a mi Señor. Quizá tenga suerte invocando a mi Señor».
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Cuando se apartó de ellos y de lo que servían en lugar de servir a Alá, le regalamos a Isaac y a Jacob e hicimos de cada uno de éstos un profeta.
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Les regalamos de Nuestra misericordia y les dimos una reputación buenísima.
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Y recuerda en la Escritura a Moisés. Fue escogido. Fue enviado, profeta.
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Le llamamos desde la ladera derecha del monte e hicimos que se acercara en plan confidencial.
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Por una misericordia Nuestra, le regalamos como profeta a su hermano Aarón.
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Y recuerda en la Escritura a Ismael. Fue cumplidor de su promesa. Fue enviado, profeta.
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Prescribía a su gente la azalá y el azaque, y fue bien visto de su Señor.
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Y recuerda en la Escritura a Idris. Fue veraz, profeta.
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Le elevamos a un lugar eminente.
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Éstos son los que Alá ha agraciado entre los profetas descendientes de Adán, entre los que llevamos con Noé, entre los descendientes de Abraham y de Israel, entre los que dirigimos y elegimos. Cuando se les recitan las aleyas del Compasivo, caen prosternados llorando.
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Sus sucesores descuidaron la azalá, siguieron lo apetecible y terminarán descarriándose.
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salvo quienes se arrepientan, crean y obren bien. Ésos entrarán en el Jardín y no serán tratados injustamente en nada,
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en los jardines del edén prometidos por el Compasivo a Sus siervos en lo oculto. Su promesa se cumplirá.
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No oirán allí vaniloquio, sino «¡Paz!» y tendrán allí su sustento, mañana y tarde.
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Ése es el Jardín que daremos en herencia a aquéllos de Nuestros siervos que hayan temido a Alá.
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«No descendemos sino por orden de tu Señor. Suyo es el pasado, el futuro y el presente. Tu Señor no es olvidadizo.
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Es el Señor de los cielos, de la tierra y de lo que entre ellos está. ¡Sírvele, pues, persevera en Su servicio! ¿Sabes de alguien que sea Su homónimo?»
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El hombre dice: «Cuando muera, ¿se me resucitará?»
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Pero ¿,es que no recuerda el hombre que ya antes, cuando no era nada, le creamos?
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¡Por tu Señor, que hemos de congregarles, junto con los demonios, y, luego, hemos de hacerles comparecer, arrodillados, alrededor de la gehena!
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Luego, hemos de arrancar de cada grupo a aquéllos que se hayan mostrado más rebeldes al Compasivo.
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Además, sabemos bien quiénes son los que más merecen abrasarse en ella.
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Ninguno de vosotros dejará de llegarse a ella. Es una decisión irrevocable de tu Señor.
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Luego, salvaremos a quienes temieron a Alá, y abandonaremos en ella, arrodillados, a los impíos.
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Cuando se les recitan Nuestras aleyas, como pruebas claras, dicen los infieles a los creyentes: «¿Cuál de los dos grupos está mejor situado y frecuenta mejor sociedad?»
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¡A cuántas generaciones antes de ellos, que les superaban en bienes y en apariencia, hemos hecho perecer...!
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Di: «¡Que el Compasivo prolongue la vida de los que están extraviados, hasta que vean lo que les amenaza: el castigo o la Hora! Entonces verán quién es el que se encuentra en la situación peor y dispone de tropas más débiles».
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A los que se dejen dirigir, Alá les dirigirá aún mejor. Las obras perdurables, las obras buenas, recibirán ante tu Señor una recompensa mejor y un fin mejor.
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¿Y te parece que quien no cree en Nuestros signos y dice: «Recibiré, ciertamente, hacienda e hijos»
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conoce lo oculto o ha concertado una alianza con el Compasivo?
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¡No! Antes bien, tomaremos nota de lo que él dice y le prolongaremos el castigo.
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Heredaremos de él lo que dice y vendrá, solo, a Nosotros.
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Han tomado dioses en lugar de tomar a Alá, para alcanzar poder.
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¡No! Negarán haberles servido y se convertirán en adversarios suyos.
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¿No ves que hemos enviado a los demonios contra los infieles para que les instiguen al mal?
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¡No te precipites con ellos, que les contamos los días!
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El día que congreguemos hacia el Compasivo a los temerosos de Alá, en grupo,
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y conduzcamos a los pecadores, en masa, a la gehena,
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no dispondrán de intercesores sino los que hayan concertado una alianza con el Compasivo.
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Dicen: «El Compasivo ha adoptado un hijo».
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Habéis cometido algo horrible,
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que hace casi que los cielos se hiendan, que la tierra se abra, que las montañas caigan demolidas,
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por haber atribuido un hijo al Compasivo,
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siendo así que no le está bien al Compasivo adoptar un hijo.
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No hay nadie en los cielos ni en la tierra que no venga al Compasivo sino como siervo.
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Él los ha enumerado y contado bien.
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Todos vendrán a Él, uno a uno, el día de la Resurrección.
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A quienes hayan creído y obrado bien, el Compasivo les dará amor.
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En verdad, lo hemos hecho fácil en tu lengua, para que anuncies con él la buena nueva a los que temen a Alá y para que adviertas con él a la gente pendenciera.
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¡A cuántas generaciones antes de ellos hemos hecho perecer! ¿Percibes a alguno de ellos u oyes de ellos un leve susurro?