-
El Compasivo
-
ha enseñado el Corán.
-
Ha creado al hombre,
-
le ha enseñado a explicar.
-
El sol y la luna, para cómputo.
-
Las hierbas y los árboles se prosternan.
-
Ha elevado el cielo. Ha establecido la balanza
-
para que no faltéis al peso,
-
sino que deis la pesada equitativa, sin defraudar en el peso.
-
La tierra la ha puesto al servicio de las criaturas.
-
Hay en ella fruta y palmeras de fruto recubierto,
-
grano de vaina, plantas aromáticas.
-
¿Cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?
-
Creó al hombre de arcilla, como la cerámica;
-
y creó a los genios de fuego puro.
-
¿Cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?
-
Señor de los dos Orientes y Señor de los dos Occidentes.
-
¿Cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?
-
Ha dejado fluir las dos grandes masas de agua, que se encuentran.
-
pero las separa una barrera que no rebasan.
-
¿Cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?
-
De ambas provienen la perla y el coral.
-
¿Cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?
-
Suyas son las embarcaciones, que sobresalen en el mar como mojones.
-
¿Cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?
-
Todo aquél que está sobre ella es perecedero.
-
Pero subsiste tu Señor, el Majestuoso y Honorable
-
¿Cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?
-
Los que están en los cielos y en la tierra Le imploran. Siempre está ocupado en algo.
-
¿Cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?
-
Nos ocuparemos detenidamente de vosotros, dos cargas.
-
¿Cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?
-
¡Compañía de genios y de hombres! ¡Atravesad, si podéis, las regiones celestiales y terrestres! Pero no podréis atravesarlas sin ayuda de una autoridad...
-
¿Cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?
-
Serán lanzadas contra vosotros llamaradas de fuego sin humo y de bronce fundido, y no podréis defenderos.
-
¿Cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?
-
Cuando el cielo se hienda y se tiña de rojo coriáceo,
-
-¿cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?
-
ese día, ni los hombres ni los genios serán interrogados acerca de su pecado.
-
¿Cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?
-
Los pecadores serán reconocidos por sus rasgos y se les cogerá por el copete y por los pies.
-
¿Cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?
-
¡Ésa es la gehena que los pecadores desmentían!
-
No pararán de ir y venir entre ella y el agua muy caliente.
-
¿Cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?
-
Para quien, en cambio, haya temido comparecer ante su Señor. habrá dos jardines
-
-¿cuál. pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?
-
frondosos,
-
-¿cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?
-
con dos fuentes manando.
-
-¿Cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?
-
En ellos habrá dos especies de cada fruta.
-
¿Cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?
-
Estarán reclinados en alfombras forradas de brocado. Tendrán a su alcance la fruta de los dos jardines.
-
¿Cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?
-
Estarán en ellos las de recatado mirar, no tocadas hasta entonces por hombre ni genio,
-
-¿cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?
-
cual jacinto y coral.
-
¿Cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?
-
La retribución del bien obrar ¿es otra que el mismo bien obrar?
-
¿Cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?
-
Además de esos dos, habrá otros dos jardines,
-
-¿cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?-
-
verdinegros,
-
-¿cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?-
-
con dos fuentes abundantes.
-
-¿Cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?
-
En ambos habrá fruta, palmeras y granados,
-
-¿cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?
-
en ellos habrá buenas, bellas,
-
-¿cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?
-
huríes, retiradas en los pabellones,
-
-¿cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?-
-
no tocadas hasta entonces por hombre ni genio.
-
¿Cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?
-
Reclinados en cojines verdes y bellas alfombras.
-
¿Cuál, pues, de los beneficios de vuestro Señor negaréis?
-
¡Bendito sea el nombre de tu Señor, el Majestuoso y Honorable!