�lr. �sta es una Escritura que te hemos revelado para que, con permiso de su Se�or, saques a los hombres de las tinieblas a la luz, a la v�a del Poderoso, del Digno de Alabanza,

de Al�, a Quien pertenece lo que est� en los cielos y lo que est� en la tierra. �Ay de los infieles, por un castigo severo...!

Quienes prefieren la vida de ac� a la otra y desv�an a otros del camino de Al�, deseando que sea tortuoso, est�n profundamente extraviados.

No mandamos a ning�n enviado que no hablara en la lengua de su pueblo, para que les explicara con claridad. Al� extrav�a a quien �l quiere y dirige a quien �l quiere. �l es el Poderoso, el Sabio.

Ya hemos enviado a Mois�s con Nuestros signos: ��Saca a tu pueblo de las tinieblas a la luz y recu�rdales los D�as de Al�!� Ciertamente, hay en ello signos para todo aqu�l que tenga mucha paciencia, mucha gratitud.

Y cuando Mois�s dijo a su pueblo: �Recordad la gracia que Al� os dispens� cuando os salv� de las gentes de Fara�n, que os somet�an a duro castigo, degollando a vuestros hijos varones y dejando con vida a vuestras mujeres. Con esto os prob� vuestro Se�or duramente�.

Y cuando vuestro Se�or anunci�: �Si sois agradecidos, os dar� m�s. Pero, si sois desagradecidos,... Ciertamente, Mi castigo es severo�.

Mois�s dijo: �Si sois desagradecidos, vosotros y todos los que est�n en la tierra... Al� Se basta a S� mismo, es digno de alabanza�.

�No os hab�is enterado de lo que pas� a quienes os precedieron: el pueblo de No�, los aditas, los tamudeos, y los que les sucedieron, que s�lo Al� conoce? Vinieron a ellos sus enviados con las pruebas claras, pero llevaron las manos a sus bocas y dijeron: �No creemos en vuestro mensaje y dudamos seriamente de aquello a que nos invit�is�.

Sus enviados dijeron: ��Es posible dudar de Al�, creador de los cielos y de la tierra? �l os llama para perdonaros vuestros pecados y remitiros a un plazo fijo�. Dijeron: �No sois m�s que unos mortales como nosotros. Quer�is apartarnos de los dioses a los que nuestros antepasados serv�an. �Aportadnos, pues, una autoridad evidente!�

Sus enviados les dijeron: �No somos m�s que unos mortales como vosotros, pero Al� agracia a quien �l quiere de Sus siervos. Y nosotros no podemos aportaros una autoridad sino con permiso de Al�. �Que los creyentes conf�en en Al�!�

�C�mo no vamos a poner nosotros nuestra confianza en Al�, si nos ha dirigido en nuestros caminos? Tendremos, ciertamente, paciencia, a pesar de lo mucho que nos molest�is. �Que los que conf�an conf�en en Al�!

Los infieles dijeron a su enviados: ��Hemos de expulsaros de nuestro territorio, a menos que volv�is a nuestra religi�n!� Su Se�or les inspir�: ��Hemos de hacer perecer a los imp�os

y hemos de instalaros, despu�s de ellos, en la tierra! Esto es para quien tema Mi condici�n y tema Mi amenaza�.

Pidieron un fallo y todo tirano desviado sufri� una decepci�n.

Le espera la gehena y se le dar� a beber una mezcla de pus y sangre,

a tragos, que apenas podr� pasar. La muerte vendr� a �l por todas partes, sin que llegue a morir. Le espera un duro castigo.

Las obras de quienes no creen en su Se�or son como cenizas azotadas por el viento en un d�a de tormenta. No pueden esperar nada por lo que han merecido. �se es el profundo extrav�o.

�No has visto que Al� ha creado con un fin los cielos y la tierra? Si �l quisiera, os har�a desaparecer y os sustituir�a por criaturas nuevas.

Y eso no ser�a dif�cil para Al�.

Todos comparecer�n ante Al�. Los d�biles dir�n entonces a los altivos: �Nosotros os segu�amos. �No podr�ais ahora servirnos de algo contra el castigo de Al�?� Dir�n: �Si Al� nos hubiera dirigido, os habr�amos dirigido. Da igual que nos impacientemos o que tengamos paciencia: no tenemos escape...�

El Demonio dir� cuando se decida la cosa: �Al� os hizo una promesa de verdad, pero yo os hice una que no he cumplido. No ten�a m�s poder sobre vosotros que para llamaros y me escuchasteis. �No me censur�is, pues, a m�, sino censuraos a vosotros mismos! Ni yo puedo socorreros, ni vosotros pod�is socorrerme. Niego que me hay�is asociado antes a Al�. Los imp�os tendr�n un castigo doloroso,

mientras que a quienes hayan cre�do y obrado el bien se les introducir� en jardines por cuyos bajos fluyen arroyos y en los que estar�n, con permiso de su Se�or, eternamente. Como saludo oir�n: ��Paz!�

�No has visto c�mo ha propuesto Al� como s�mil una buena palabra, semejante a un �rbol bueno, de ra�z firme y copa que se eleva en el aire,

que da fruto en toda estaci�n, con permiso de su Se�or? Al� propone s�miles a los hombres. Quiz�s, as�. se dejen amonestar.

Una mala palabra es, al contrario, semejante a un �rbol malo arrancado del suelo: le falta firmeza.

Al� confirma con palabra firme a quienes creen, en la vida de ac� y en la , otra. Pero Al� extrav�a a los �mpios. Al� hace lo que quiere.

�No has visto a quienes cambian la gracia de Al� por la incredulidad y alojan a su pueblo en la morada de perdici�n?

En la gehena, en la que arder�n. �Qu� mala morada...!

Atribuyeron iguales a Al� para extraviar a otros de Su camino. Di: ��Gozad brevemente! �Est�is destinados al Fuego!�

Di a mis servidores creyentes que hagan la azal� y que den limosna, en secreto o en p�blico, de lo que les hemos prove�do, antes de que venga d�a en que ya no haya comercio ni amistad.

Al� es Quien ha creado los cielos y la tierra y ha hecho bajar agua del cielo, mediante la cual ha sacado frutos para sustentaros. Ha sujetado a vuestro servicio las naves para que, por Su orden, surquen el mar. Ha sujetado a vuestro servicio los r�os.

Ha sujetado a vuestro servicio el sol y la luna, que siguen su curso. Ha sujetado a vuestro servicio la noche y el d�a.

Os ha dado de todo lo que Le hab�is pedido. Si os pusierais a contar las gracias de Al�, no podr�ais enumerarlas. El hombre es, ciertamente, muy imp�o, muy desagradecido.

Y cuando Abraham dijo: ��Se�or! �Que est� segura esta ciudad! �Y evita que yo y mis hijos sirvamos a los �dolos!

�Se�or! �Han extraviado a muchos hombres! Quien me siga ser� de los m�os. Pero quien me desobedezca... T� eres indulgente, misericordioso.

�Se�or! He establecido a parte de mi descendencia en un valle sin cultivar, junto a tu Casa Sagrada, �Se�or!, para que hagan la azal�. �Haz que los corazones de algunos hombres sean afectuosos con ellos! �Prov�eles de frutos! Quiz�s, as�, sean agradecidos.

�Se�or! T� sabes bien lo que ocultamos y lo que manifestamos. No hay nada, en la tierra como en el cielo, que se esconda a Al�.

�Alabado sea Al�, Que, a pesar de mi vejez, me ha regalado a Ismael e Isaac! Mi Se�or oye, ciertamente, a quien Le invoca.

�Se�or! �Haz que haga la azal�, y tambi�n mi descendencia, Se�or, y acepta mi invocaci�n!

�Se�or! Perd�nanos, a m�, a mis padres y a los creyentes el d�a que se ajusten cuentas�.

No creas que Al� se despreocupa de lo que hacen los imp�os. Les remite solamente a un d�a en que mirar�n con los ojos desorbitados,

corriendo con el cuello extendido, erguida la cabeza, clavada la mirada, el coraz�n vac�o.

�Prev�n a los hombres contra el d�a en que tendr� lugar el Castigo! Entonces, dir�n los imp�os: ��Se�or! �Rem�tenos a un plazo pr�ximo para que respondamos a Tu llamada y sigamos a los enviados!� ��No jurasteis en otra ocasi�n que no conocer�ais el ocaso?

Habitasteis las mismas viviendas que habitaron quienes fueron injustos consigo mismos y se os mostr� claramente c�mo hicimos con ellos. Os dimos ejemplos...�

Urdieron intrigas, pero Al� las conoc�a, y eso que eran intrigas como para trasladar monta�as.

No creas que Al� vaya a faltar a la promesa hecha a Sus enviados - �Al� es poderoso, vengador!-,

el d�a que la tierra sea sustituida por otra tierra y los cielos por otros cielos, que comparezcan ante Al�, el Uno, el Invicto.

Ese d�a ver�s a los culpables encadenados juntos,

sus indumentos hechos de alquitr�n, cubiertos de fuego sus rostros.

Al� retribuir� as� a cada uno seg�n sus m�ritos. �Al� es r�pido en ajustar cuentas!

�ste es un comunicado dirigido a los hombres para que, por �l, sean advertidos, para que sepan que �l es un Dios Uno y para que los dotados de intelecto se dejen amonestar.