Los creyentes que se quedan en casa, sin estar impedidos, no son iguales que los que combaten por Al con su hacienda y sus personas. Al ha puesto a los que combaten con su hacienda y sus personas un grado por encima de los que se quedan en casa. A todos, sin embargo, ha prometido Al lo mejor, pero Al ha distinguido a los combatientes por encima de quienes se quedan en casa con una magnfica recompensa,