Sus enviados dijeron: «¿Es posible dudar de Alá, creador de los cielos y de la tierra? Él os llama para perdonaros vuestros pecados y remitiros a un plazo fijo». Dijeron: «No sois más que unos mortales como nosotros. Queréis apartarnos de los dioses a los que nuestros antepasados servían. ¡Aportadnos, pues, una autoridad evidente!»